La Karmesse heroique (1936) – Jacques Feyder






En esta película nos encontramos con una divertida comedia, ambientada en un pequeño pueblo de Francia.
Los decorados, obra de Lazare Meerson, son una obra de arte en si mismos. Inspirados en la cultura flamenca, Meerson, retoma los trajes y los decorados. Por tanto, podemos esperar de principio a fin, una perfecta adaptación del entorno.
El decorado es muy ingenioso y cuidado. Presenta todos los detalles del siglo al cual apela la obra.
Para conseguir sus efectos, Meerson, viaja por todo Flandes absorbiendo la cultura y consiguiendo la información necesaria para poder reconstruir la ciudad fielmente.
Meerson trabaja muy parecido a un arquitecto: primero realiza bocetos acerca del volumen del conjunto del escenario, realiza dibujos de vistas del mismo, el ambiente... y luego realiza una maqueta a escala de cómo debe ser el conjunto escenográfico. En el momento del montaje, Meerson, irá modificando los decorados según los construye. El resultado es grandioso, consigue unos escenarios que representan una realidad muy fiel.

El pequeño pueblo, presenta unos hechos que fueron muy criticados en su momento. El periodo de entreguerras y esta película, no encajaron del todo y fue muy criticada por sus connotaciones humorísticas, presentando una sociedad del siglo XVII, con unos hechos graciosos y entretenidos.

Pero la imagen que se le da al hombre en esta obra, así como la actitud de las mujeres, fueron muy discutidas en su momento, y hoy día, cualquier mujer con tendencia al feminismo, la podría encajar mal.

Al margen de su contenido satírico, la historia refleja el miedo que los personajes del pueblo tienen hacia el ejército español. La caracterización de los personajes, vuelve a ser, una vez más, un hecho importante para el encuadre de la película:
- Los varones franceses, se presentan como unos cobardes. El alcalde y sus dirigentes del ayuntamiento, son personas influyentes en la ciudad, con recursos económicos, comerciantes y vendedores de peso. Su vida gira en torno a demostrarse entre ellos quien es el de mayor poder. Son hombres incultos, brutos e irrespetuosos. Piensan que son ellos los que controlan la ciudad, pero sus mujeres demostrarán que son ellas las que saben de diplomacia y consiguen que todo termine bien. Su vestuario es muy concreto y representativo de la época y lugar: utilizando ropa aristocrática flamenca para sus labores como dirigentes políticos y ropa pueblerina de la época, para sus labores como artesanos o comerciantes.

- Las mujeres francesas, en un primer momento se las presenta como unas obedientes esposas y enérgicas amas de casa, pero insatisfechas con sus maridos y el papel que les ha tocado en la vida. Todo dará un giro inesperado con los varones españoles, ellas aprovecharán para tomar las riendas de la ciudad, frente a la cobardía de sus impresentables maridos. Ellas demostrarán que son unas mujeres enérgicas y decididas, que utilizan la visita de los hispanos para saciar sus deseos insatisfechos, así como demostrar que ellas son mucho más inteligentes que ellos. La promiscuidad de varias de ellas, se puede malinterpretar, pero en realidad ellas están usando a los españoles para satisfacer sus necesidades personales. Su vestuario está en la misma línea que el de los hombres: vestimenta, detalles y complementos, sacados de los cuadros flamencos. Pero la vestimenta de las mujeres es adaptada, igual que los hombres, para reflejar las distinciones sociales de la época, presentando los modos de vestir de las personas más influyentes y las formas de vestir de los sirvientes y la plebe.

- Los españoles, se les define como unos fuertes ejércitos a los cuales hay que temer, y es por ello que el alcalde del pueblo se hace pasar por difunto, dejándole la responsabilidad del municipio a su esposa, la cual, sale de su corsé de obediente esposa y toma las decisiones oportunas para la mejor solución de cara a ella y su pueblo. Los españoles son guapos y desgarbados, las mujeres están hipnotizadas por estos galantes guerreros y jinetes, que les llevan a realizar diversas locuras a espaldas de sus cobardes maridos. Junto a su apariencia, su manera de arreglarse el pelo, los detalles particulares y su vestimenta, típica también de la España de aquellos siglos, el ejército español y su diligente, se presentan como unos hombres de mayor intelectualidad que los franceses y una mayor cultura.
- Y luego, encontramos una pequeña historia, paralela a la trama principal que envuelve al pueblo: la pareja de enamorados, son los típicos jóvenes de amor imposible que consiguen su objetivo de casarse gracias a la visita de los españoles. Sus vestimentas son distintas del resto de la población: ella viste de colores claros, como una doncella, y él viste más pueblerino, debido a su condición de artista. Esta historia, sirve como moraleja final de la película.

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