LOS INICIOS DEL DIBUJO DE ANIMACIÓN JAPONESA

Taro Melocotón, el guerrero divino de los mares: el primer
largometraje de anime con audio realizado en 1943

El anime, nace como un género dentro de la animación, que se caracteriza por ser de origen japonés.

El género comienza a principios del siglo XX, y se presenta a través de una serie de cortometrajes en Japón, influenciados por el dibujo de Disney. Al igual que se hacían series de animación en otros países del mundo, con sus toques de distinción según el lugar, Japón realiza los suyos propios, sin saber que las peculiaridades de su dibujo, se convertiría en uno de los géneros más seguidos en todo el planeta, llegando a convertirse en un genero en si mismo.

Así es que también debemos de hablar de directores de anime consagrados gracias a este tipo de series o cine, y por supuesto, debemos mencionar, como mínimo imprescindible, a los de comic, aunque ya sabemos que en ese ambiente, los norteamericanos (como Marvel), daba más juego para la mayoría de la población, el comic manga japonés, también se impuso como una tendencia, aunque quizá más orientado a paladares más exquisitos de las peculiaridades del pueblo nipón.

Pero a nosotros, lo que nos acontece es el cine, y por tanto, hablando de directores, cabría destacar, o para mi es destacable, la figura de Katsuhiro Otomo con Akira.

PRIMEROS PASOS

En 1907 aparece la primera película de animación japonesa.
Hacia 1910, empiezan a pasarse las películas producidas de animación en varios países, en los cines de japoneses.
Entre 1914, y 1917, se exhibieron casi 100 películas de animación en los cines japoneses, con una gran popularidad entre los espectadores, y donde las americanas eran las preferidas.
Ante este hecho, de tanto éxito entre el público, los productores de Japón comienzan a pensar en crear un cine de animación nacional.

En 1917 se estrena la primera película de animación, de la productora que se puso en cabeza en este género en Japón, Tennenshoku Katsudo Shashin (Tenkatsu), con su película “Mukuzo Imokawa y el guardián de la entrada”, cuyo mangaka fue Oten Shimokawa, sacando adelante un encargo único en un género del cual había muy pocos datos en el país.

Junto a este primer trabajo, otros 2 dibujantes de manga iniciarían en ese mismo año, los pasos en este género, cada uno de ellos con poca experiencia en el cine de este tipo, pero los 3 representan los inicios del género de anime japonés, cuya vida comienza oficialmente en 1917.
Los otros dos serían: Seitaro Kitayama con “La batalla del mono y el cangrejo” y Sumikazu Kouchi que realizó “Hekonai Hanawa y su nueva espada” cuyo protagonista era un samurai.

De los tres, fue Kitayama el que continuó en el mundo de la animación con plena dedicación, siendo el primer director en exportar una obra suya al occidente, en 1917.

Crea sus propios estudios de cine, donde enseña y es ayudado por estudiantes de pintura. Sus estudios son destruidos por el terremoto de Kanto, y decide mudarse a Osaka.

Allí él abandona un poco la animación, pero la gran labor de Kitayama es todo su trabajo enseñando las técnicas de animación a los jóvenes que después prosiguieron el trabajo que el comenzó.

Entre esos aprendices destaca Sanae Yamamoto, el cual creó sus propios estudios, y sacó unos cuantos trabajos de corte educativo.

También de esa época es Hakuzan Kimura, que pronto destacaría por sus historias de samuráis. Creo también la primera película erótica de animación “el paseo nocturno en barco”, película que le cuesta ser detenido… Después de este incidente, se aleja del anime.

Y así, varios más de los discípulos de estos primeros pioneros, marcaron tendencias en los primeros pasos en este género de cine.

En 1958, nace la mayor productora de cine de animación de Japón, Toei. Hiroshi Okawa, presidente de la productora, en sus viajes al extranjero, se fija en el cine de animación americano, y decide mejorar la calidad del género en Japón hasta hacerlo exportable y competitivo.

Así es que Okawa, construye un edificio con todas las modernidades para producir animación, basándose en su lema “tenemos que ser la Disney Oriental”. Su primer trabajo será Hakujaden (La leyenda de la serpiente blanca, 1958) superproducción de 78 minutos en la que trabajaron 109 personas y que se convierte en el primer largometraje en color del cine de animación japonés.

Y hasta aquí os cuento sobre el inicio del dibujo de animación, ya que la historia es larga y tediosa, y pasa por distintas épocas, que deberíamos abordar cada una por separado, distinguiéndose sus sucesos según la época vivida.
Luego aparecerá la importación y exportación en mayor escala, el afán de superación, la competitividad entre dibujantes, y la evolución de la tecnología para el dibujo y la mejora así de las posibilidades de animación.

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